

No debe haber frase más trillada y usada a la que se recurre casi sistemáticamente cuando se pretende justificar alguna decisión que escapa a la racionalidad cotidiana. “Sobre gustos no hay nada escrito”, argumentamos a la hora de dar explicaciones inducidas o espontáneas. Y la verdad, si de algo se escribe, comenta, polemiza, ironiza, estigmatiza...es precisamente sobre los gustos: Propios, ajenos, íntimos, generales, conocidos o por conocer.
Al fin de cuentas, estamos en este mundo por el gusto y la elección (o atracción de dos personas) y todos los días decidimos si continuamos o modificamos algunas de nuestras costumbres o manías y preferencias acerca de todo lo que nos rodea en nuestro maltratado universo.
La televisión nos permite establecer algunos parámetros sobre las máximas figuras masculinas del año y establecer semejanzas y diferencias.
Facundo Arana y Pablo Echarri son casi coetáneos y debutaron como actores en 1992. Pero no podrían ser más diferentes. El rubio y el morocho, el atildado y el desprolijo, "el bueno y el malo", el de barrio norte y el de barrio sur. Eso sí, a ninguno de los dos les gusta que la prensa del corazón se ocupe de sus vidas puertas adentro de la casa. Arana concede menos todavía. Va a pocas fiestas del ambiente (apenas las "obligadas") y casi nunca en compañía femenina. Jamás confirmó ni negó las versiones repetidas de crisis con Isabel Macedo, su (¿ex?) pareja de varios años. Echarri muestra mucho más su relación con Dupláa, pero protege la intimidad de su familia.
Sin embargo, los dos son bendecidos por las mieles del éxito televisivo atravez de sus respectivos programas.
Martín Quesada es el príncipe azul que anima en esta temporada Facundo Arana en la comedia romántica “Sos mi vida”, por Canal 13 a las 21. Millonario, viudo y sensible hasta las lágrimas. Empleador generoso, muy poco tilingo, y encima padre preocupado de tres huérfanos que tiene en guarda a la espera de la adopción. En su vida metódica se cruzó la Monita (Natalia Oreiro), se enamoró hasta los huesos y no para de demostrárselo. La novela es, desde hace tiempo, lo más visto de la TV.
Santiago Díaz Herrera, un personaje torturado, complejo, vengador y apasionado, es el que lleva adelante Pablo Echarri en la telenovela “Montecristo”, por Telefé a las 22. Después de diez años de calvario en una cárcel de Marruecos, logra huir y volver a Buenos Aires para vengarse de todos los que lo traicionaron. Entre ellas, su ex novia, Laura (Paola Krum), hija de desaparecidos y apropiada, aunque aún no lo sepa. Esta trama de impunidad, poder y secretos que socavan la identidad de todos, le disputa mano a mano el primer lugar del podio a "Sos mi vida" (sobretodo, a partir de esta semana, cuando los protagonistas se vieron las caras despues de diez años).
Dos buenas ficciones, para relajarse, reír y soñar primero, para sufrir, comerse las uñas y ponerse a pensar, después. Dos actores que siguen creciendo. Dos galanes para disfrutar en continuado. Chocolate con dulce de leche. Rosas y jazmines. El día y la noche. Los dos a la final.
PABLO ECHARRI: EL REBELDE CON CAUSA
Nació en Villa Domínico y es hincha fanático de Independiente. Su papá tiene un puesto de diarios en Dock Sud. Estudió para maestro mayor de obras, hizo cursos de plomería y se las rebuscó vendiendo bijouterie, jeans y lencería. A los 18 empezó a estudiar teatro con Lito Cruz. Debutó a los 23 en “Sólo para parejas”. En TV hizo tiras como “Inconquistable corazón”, “Por siempre mujercitas”, “Mía sólo mía”, “Los buscas” y su gran éxito, “Resistiré”.
Su arquetipo es el del “tipo de barrio”, típico porteño ganador y versero, con más labia que pinta, que va al frente, laburante, seductor y sanguíneo. Un tipo con códigos, que pone a su familia por encima de todo y disfruta de lo que tiene, a riesgo de ciertos excesos.
En 2002 debió enfrentarse el secuestro de su padre, uno de los casos de inseguridad más resonantes de los últimos años, y él negoció personalmente con los delincuentes.
En cine hizo una docena de películas -algunas muy taquilleras, como “Peligrosa obsesión”, “Apasionados” o “Plata quemada”- y, en el último año, obtuvo reconocimiento internacional por su trabajo en “El método” (de Marcelo Piñeyro) y en “Crónica de una fuga” (de Adrián Caetano). En teatro hizo “Puck, sueño de una noche de verano”.
FACUNDO ARANA: EL PRINCIPE VALIENTE
Llegó al mundo el 31 de marzo de 1972, bajo el signo de aries.
De familia de clase media profesional, fue al colegio bilingüe Moorlans de Tortuguitas. Su padre es abogado y hubiera querido que él continuara su profesión. Le gustan los deportes poco convencionales: practica surf, off road, motonáutica, andinismo y pilotea aviones. El momento más duro de su vida lo vivió a los 17, cuando le diagnosticaron mal de Hodgkin, un cáncer de ganglios que le llevó un año de tratamiento.
Tocando el saxo en la estación Pueyrredón del subte D lo descubrió un autor de “Canto rodado” y lo convocó para un casting. Debutó en 1992. Participó en varias tiras, como “Son de diez”, “Montaña rusa”, “La hermana mayor” y “Perla negra”. En 1997 entró a “Chiquititas”, donde estuvo dos temporadas. Su primer protagónico fue “Muñeca brava” (la telenovela más vendida al exterior de la historia argentina), y luego vinieron “Yago, pasión morena”, “099 Central” y “Padre Coraje”, éxitos de proyección internacional.
Su arquetipo es el del “tipo bien”, el aspiracional de la mayoría femenina: educado, con plata y de buena familia, respetuoso y noble, medido y cuidadoso de su imagen (jamás se lo vio fumar en público, por ejemplo).
Actuó en dos films: “Chiquititas, rincón de luz” y “La fuga”. En 2005 debutó en teatro con “Visitando al Sr. Green”, junto a Pepe Soriano.
Pasen y vean, y si lo desean pueden elegir...porque sobre gustos se ha escrito en abundancia.